"Mentira" (original). Cuatro: "Final feliz" [Blogs colaboradores]

¡Ya casi-casi termina esta ronda de Blogs colaboradores! Estoy tanto mucho muy (?) feliz :3.

XD Quería subir esto el viernes, que estuve de cumpleaños, pero... ¯\_(ツ)_/¯ pues no alcancé lol. Y quise subirlo el sábado entonces, pero me distraje con la vida y no fue xD. Así que aquí estamos, en domingo~.

Imagino que han leído todos los capítulos, ¿no? Porque yo creo que deberían: uno, dos y tres. Es decir, pueden leer el último capítulo primero, pero no creo que la historia tenga tanta gracia así xD.

Ya saben: más comentarios para el final, y sin más preámbulo, aquí el último capítulo de "Mentira" :D. ¡El más largo de la historia! XD No por mucho, but still. Anyway:

Cerró los ojos intentando calmarse. Sentía como si su corazón fuera a salírsele del pecho de la emoción.

Estaba contenta.

El vehículo se movía por las calles de la ciudad con lentitud, haciéndola sentir más ansiosa e impaciente. No dejaba de moverse en su asiento y desde que despertó contenía un chillido propio de adolescente en concierto.

¿Qué podría arruinar tal buen humor?

No tardó en encontrar una respuesta.

Vaya que intentó no hacerlo, pero pensar en su pasado fue inevitable. Pensar en las bellas bodas. En José y las pequeñas discusiones. En Andrés y los problemas que llegaron después. En sus matrimonios y el sufrimiento que le causaron.

Tan hermoso como terrible. Tan bueno como malo. Y ella, una mujer de emociones potentes, sintió todo con toda su fuerza. Su corazón no sólo fue roto, sino que fue aplastado y destrozado. No sólo los quiso, sino que los amó profundamente con cada célula de su ser. No se arrepentía de nada.

José y su sonrisa. José y su ceño fruncido. José y la sorpresa en su rostro cuando le apuntó con la pistola.

Andrés y su mirada. Andrés y su mueca de frustración. Andrés y el grito que dio cuando ella disparó.

Había cometido errores, sí, pero sólo así podría aprender, ¿no? No debía tener miedo a fallar. Estando en el fondo, la única opción que le quedaba era subir…

Estaba tranquila.

Su madre siempre decía que cuando se cerraba una puerta, se abría una ventana. Debía mantenerse con una actitud positiva y confiar en que, si algo no funcionaba, la vida eventualmente le daría una nueva oportunidad.

Asintió con seguridad, como confirmando a sí misma su decisión de no deprimirse. Era una mujer fuerte. Además, ese día debía ser especial. Al menos por esas veinticuatro horas debía comprometerse a no tener nada más que pensamientos felices. Podría entristecerse por sus fracasos  y lamentarlos llorando en un rincón en otra ocasión.

Pero aún en contra de su voluntad, mientras miraba por la ventana su mente volvió atrás. Fue como haber regresado en el tiempo y verse ahí de nuevo. Ambos sucesos al mismo tiempo, como si se tratase de un gran déjà vu. Como ver la misma película por segunda vez.

Volvió a sentir la angustia de ver la sangre derramándose en las cerámicas del piso de su taller, la desesperación por limpiar todo. Su taller era su lugar seguro, su refugio, no podía permitir que se manchara.

Se preguntó si el frío que sentía en sus manos era real o imaginario. Las miró por unos segundos y rozó sus mejillas con los dedos lentamente, casi con miedo. Fue como el frío que sintió cuando llenó la hielera para José. Fue como el frío que sintió cuando llenó la hielera para Andrés.

Se sentía verdadero, pero no estaba segura... en cualquier caso, los guantes que usaba no eran útiles. Por otro lado, dudaba que éstos tuvieran otro fin que no fuera estético.

Abrazándose a sí misma mientras el auto doblaba, un pensamiento se cruzó por su cabeza. Una idea que nunca había pasado por su mente, ni siquiera de la manera más fugaz.

José llevaba tres años y cuatro meses muerto. Andrés iba a cumplir un año y un mes. Ambos catalogados como desaparecidos. ¿Alguien descubriría cómo murieron? ¿Llegarían a apuntarla a ella como la responsable?

Oh, sería terrible que alguien pensara que lo hizo por dinero o algo así. Ella sí los amó con toda su alma. Más que eso: aún los amaba y posiblemente nunca dejaría de hacerlo. No quería que nadie pensara lo contrario. No quería que nadie la cuestionara.

Sus sentimientos eran puros, y no permitiría que nadie lo dudara.

¿Por qué sino habría usado sus herramientas para cortar sus cuerpos luego de congelarlos? ¡Las herramientas que significaban tanto para ella! Claramente, lo hizo para demostrar su cariño. Era algo… simbólico, una última entrega que hacía a los amores de su vida.

¿Acaso no era evidente?

Enterró las distintas partes en lugares significativos para ellos. Demostró cuánto los conocía, pensando en sus favoritos y en sus historias de vida. También quiso rendirle honor a sus historias juntos: la primera cita, el primer beso, donde se comprometieron…

La cabeza de José estaba en el mirador. La de Andrés en la quebrada a la que fueron a hacer excursionismo, esa que visitaron tantas veces a lo largo de su noviazgo y matrimonio. Le parecía correcto que todo terminara donde comenzó.

No, no. "Correcto" era poco decir. Era poético.

Nunca quiso que acabara sí, pero si debía hacerlo… tenía que ser de la mejor forma. Ellos lo merecían.

Debía ser perfecto.

Respiró profundamente un par de veces. No faltaba mucho para llegar a su destino. Sin darse cuenta corrigió su postura. Al igual que con la muerte de su primer esposo, luego de morir Andrés el mundo siguió y ella tuvo que seguir adelante.

La segunda vez fue mucho más fácil volver a su taller. Fue una grata sorpresa darse cuenta de que no sentía que sus herramientas estaban... sucias, ni se sentía culpable por haberlas usado para otra cosa además de su objetivo original.

Y así debía ser. Lo ocurrido sólo fueron… problemas matrimoniales irreparables, y debía aceptarlos como tal.

No debía culparse por ellos. Los suyos no eran los primeros matrimonios que habían fracasado. Con tanta gente viviendo en el mundo, encontrar a su alma gemela en los primeros intentos era un poco idealista, la verdad.

La limusina se detuvo y contuvo la respiración antes de salir. Se sentía genial. Importante, hermosa y poderosa. Con el mundo en sus manos. Ese era su día. Caminaba mirando de reojo a su alrededor y reconocía algunas caras, a las que saludaba con una sonrisa.

Ya en la entrada de la iglesia, tomó el brazo de su padre. Podía ver a Tomás al final del largo pasillo. Volvió a sonreír. La sonrisa más deslumbrante que podía mostrar.

Porque ya le tocaba vivir su final feliz, ¿no? Se supone que la tercera es la vencida.

Dicen que la historia está condenda a repetirse a sí misma (?).

Esta historia fue todo un viaje xD. De veras que quería incluir esta forma de matar que vi en Investigation Discovery (creo que fue en Mujeres Asesinas, pero no estoy segura XD) lol.

Quería hacer este capítulo como un paralelo al capítulo dos para Andrés, pero luego pensé en esta manera de introducir a Tomás mientras explico todo y me pareció adecuado *-*. -w- Me gusta la última frase. ¿Ustedes qué piensan?

Espero que lo hayan disfrutado ♥. :D En especial Cyn, que me ha tenido que acompañar estas cuatro semanas XD. En retrospectiva, quizás perdí un poco el norte con lo de que la mentira sea el tema base .o.U.

Inicialmente, mi idea al escribir era un marido infiel y una esposa vengativa, pero me pareció muy típico. Entonces evolucionó a Ángela viviendo en una mentira, mientiéndose a sí misma respecto a su situación de víctima y de cuentos de hadas, y al mundo repecto a sus ex-esposos xD. Pensé que sería más interesante si, en realidad, ellos no tuvieran la culpa -w-. Pero, por otro lado, el tema se vuelve algo más abstracto y más fácil de perder, ¿no? XD

o/ Cualquier duda, queja, sugerencia para el futuro, contratos millonarios, solicitud de datos para transferencia bancaria y demaces pueden dejarlo en un comentario x3.

:D Atentes a la próxima semana para leer la reseña de Cyn en su blog, ¿eh? ;) Mientras, pueden leer la historia que ella escribió para esta ronda O:.

Y eso es todo por ahora o/.

Aiko fuera!!