"Mentira" (original). Uno: "Segundas oportunidades" [Blogs colaboradores]

¡Gente!

¿Qué tal? ¿Qué cuentan?

Aaaah... planeaba subir una entrada la semana pasada recomendando una película, pero eso se ha pospuesto hasta que la encuentre para descargar xD. En vez de eso, el día de hoy les traigo una nueva historia.

Como pueden leer en el título, Blogs colaboradores ha vuelto (en forma de fichas *-* (?)) ¡y por supuesto que estoy participando en la nueva ronda! Otra vez como escritora, antes de que empiecen las clases y ya no pueda xD.

¿Y de qué va esta vez? Hay que escribir una trama en torno a una mentira, y debemos incluir en alguna parte un anillo. En esta ocasión mi compañera es Cyn, del blog El fantasma en mi tintero (que, por cierto, también se apuntó como escritora, para que estén atentos por si quieren ver qué se le ocurrió a ella ;3). -w- Espero le guste~.

Y, sólo para cambiar un poco las cosas, estoy a tiempo y publico cuando se debe xD. Pero como se trata de mí, lo subo en los últimos días lol. De hecho, por alguna razón pensaba que hoy era domingo lol.

Así que... sin más preámbulos, ¡aquí tienen!

Una vez lista se miró en el espejo, girando el anillo en su dedo anular que mostraba al mundo que era una mujer casada. Sonrió.

Estaba casada. No podía dejar de sonreír frente a su reflejo, a pesar de estar consciente de que tenía la misma sonrisa de idiota enamorada de la que siempre se burló. A pesar de que se aseguraba a sí misma que sus mejillas terminarían doliéndole.

¿Cómo no estar emocionada? Comenzaba una nueva etapa en su vida. Una nueva aventura, y estaba completamente lista para ello. Habrían altos y bajos, de eso estaba segura, pero ¿qué sentido tendría la vida si no los hubiera? Sabía que podría superarlo todo. Estaba junto al hombre indicado.

Andrés era perfecto. Alegre, divertido, inteligente, talentoso, un caballero. Podía pasar horas y horas hablando sin parar (con la misma sonrisa boba que lucía en ese momento) de lo maravilloso que era, bien lo sabían sus amigos y familiares. La hacía sentir única, especial. Sería un matrimonio perfecto, no había duda. Envidiable. No era mucho pedir, ¿o sí?

Podría gritar de la felicidad. Era una mujer casada… otra vez.

Pero esta vez no fallaría. Esta vez sí tendría su final feliz digno de cuento de hadas, ese que le habían prometido desde niña y que creía que merecía.

Podría dejar su pasado atrás. Podría construir su futuro empezando de cero.

Decidió salir de una vez por todas salir de su ensimismamiento y comenzar su día. Ya podría pensar en lo maravillosa que sería su vida en la noche, antes de dormir, acostada en la cama matrimonial y con los brazos de su esposo rodeándola.

Su esposo. Aún le costaba creerlo.

Y es que a lo largo de su vida había tenido tan mala suerte, que ver cosas buenas pasándole era algo difícil de asimilar.

Repetía en su mente una y otra vez que todo estaría bien como si de un mantra se tratase, pero la verdad era que parte de ella se preparaba para que todo diera un giro en la peor dirección en cualquier minuto. Una parte de ella que no quería acostumbrarse a esa dicha que sentía, sólo en caso de que la perdiera repentinamente.

Porque no quería volver a vivir lo que pasó con José. José también le había parecido demasiado bueno para ser verdad.

Habían tenido una conexión desde el primer minuto. Tenían mucho en común y no tardó en caer ante él. Perdidamente enamorada. El noviazgo fue maravilloso, ella imaginaba claramente un futuro juntos y creía de todo corazón que eran almas gemelas. Tuvieron una boda de ensueño, con muchos más lujos e invitados de los que jamás habría imaginado.

Quizás su error fue permitir que las historias que leía de niña le lavaran el cerebro. Quizás su error fue confiar en esa tontería a la que llaman “destino”. Quizás su error fue creer que lo que tenían era algo real, estable e indestructible.

Y luego todo se derrumbó. Y se vio sola, perdida y asustada. Sin saber qué hacer, con un dolor tan grande que apenas podía soportar. Pensó que nunca lo superaría. Que la pena le consumiría por dentro hasta volverla irreconocible. Que jamás volvería a sentir amor… que todo se lo había dado a José, que estaba vacía y él ya no estaba con ella.

Pero luego llegó Andrés, y se concedió a sí misma la oportunidad de intentarlo de nuevo. El temor la dominaba, pero él y su calidez le hicieron pensar que, aunque fuera duro, todo ocurría por una razón. Y ella sentía que todo estaría bien, algo en su interior aún conservaba la esperanza de que existiera un “felices para siempre”. Avanzaría con cuidado, dejando que el tiempo actuara. Lento, pero seguro. Su disposición no obstaculizaría su precaución.

Y Andrés lo aceptó. Saber de su primer matrimonio no le hizo retroceder, y respetó cómo ella se sentía al respecto. Dejó que sus acciones derribaran la inseguridad de la mujer. Sabía cuánto le había afectado la muerte de José… pero no por ello la mujer no podía comenzar de nuevo y ser feliz.

Con paciencia, dedicación y mucho amor logró convencerla de ello. Y ella estaba lista.

Nunca la presionó en ningún sentido, y eso era algo que Ángela agradecía con todo su ser. Dejó que viviera el duelo a su ritmo y no hacía muchas preguntas sobre su primer matrimonio, pues no quería reabrir heridas que, sabía, aún no estaban completamente cerradas.

Era una regla implícita entre ellos: serían abiertos el uno con el otro, no habría lugar a engaños… pero cada uno tenía derecho a reservarse ciertas cosas de las que no quisieran hablar.

Él no daba demasiados detalles sobre su familia, y ella nunca contó cómo murió José.

Porque omitir información no era mentir, ¿verdad?

Dun, dun, dunnnn (?). XD He estado viendo mucho Investigation Discovery últimamente, me encanta ♥. Puede que me haya visto influenciada por algunos de los casos que vi ahí.

¿Qué les pareció? ¿Gusta, no gusta? ¿Se lo esperaban, no? O: Si me dicen, sería zúper.

Aiko fuera!!